VIEJA GRADA ELEVADA

Soy aficionado del Dépor, ¿qué puedo hacer por él?

RCDEPORTIVO

El pasado viernes, nuestro querido Deportivo nos ha dado una nueva decepción. Además sin paliativos. Esta vez estuvimos más cerca de perder que de ganar. Posiblemente hemos jugado el peor partido de la temporada en nuestro estadio.

No le podemos discutir al equipo algunos ingredientes imprescindibles para conseguir el objetivo. Los jugadores pelean, corren, lo dejan todo en el campo. Tienen un compromiso con la camiseta que defienden, que hace muchos años que no se veía, al menos en el plano colectivo. La unidad del vestuario, también desde hace mucho tiempo que no era así, parece que es absoluta.

Lamentablemente, con ser todo esto muy importante, para ascender hace falta fútbol. Y ahí fallamos estrepitosamente en el partido ante el Almería. Equipo partido, pocas ocasiones de gol y las más claras para el rival. Las llegadas nuestras culminaron con centros que no fueron a nadie. Del balón parado, gran fortaleza en muchos partidos, sirva como ejemplo el córner a nuestro favor que finaliza con un mano a mano del delantero del Almería con Dani Giménez. Esta jugada, si la hace nuestro cadete B, estoy seguro que provocaría una bronca de media hora en el vestuario, por parte del entrenador.

Admitido todo esto, debemos mantener la tranquilidad. Y sobre todo, estar unidos en torno al equipo porque estoy convencido que muy pronto vamos a salir de esta crisis. Tenemos una gran plantilla. Estamos recuperando lesionados. Quedan once partidos. Desde el punto de vista clasificatorio no hemos sufrido una debacle para los pocos puntos que hemos obtenido en el mes de marzo. No se les pudo olvidar el futbol. Volverán los resultados muy pronto. Sabemos que esta categoría tiene unos vaivenes brutales y queda lo más importante.

¿Qué debemos hacer los que acudimos habitualmente a Riazor y queremos lo mejor para el Deportivo? Pues aportar lo que podamos. Es evidente que estamos en manos del cuerpo técnico y los jugadores. Pero nosotros podemos aportar y mucho. Y ya lo estamos haciendo.

En este punto me gustaría quitarme el sombrero y lo que haga falta, para destacar la actuación excelente y el gran despliegue de dignidad y deportivismo que han hecho últimamente, una vez más, los Riazor Blues. Desde 1987 están ahí y son el alma del estadio. Lo han sido también estos días, apoyando al equipo en Abegondo y animando sin desmayo durante y aún después del partido. Algún amigo mío, cuando me expreso así, me comenta que no siempre han estado a la altura, y que a veces han actuado de una forma criticable. Suponiendo que esto sea así, que no lo pongo en duda porque todos los humanos estamos sujetos al error, ¿todos los demás mortales vinculados al mundo del futbol y, en concreto, en el entorno del Deportivo, no cometen errores?

Como decía el escritor argentino José Narosky: “Al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo”. A quien te quiere y te apoya no le pidas perfecciones, pídele que te apoye cuando más lo necesitas. Ahí están los Blues.

¿No cometen errores los árbitros? ¿Los entrenadores? ¿Y los delanteros? ¿Y los defensas? ¿Y los comités? ¿El presidente? ¿Los directivos? ¿El director deportivo? ¿Los periodistas? No hay nadie que no tenga fallos. Es intrínseco al ser humano. Por tanto no podemos pretender que un colectivo de personas más o menos numeroso, tan joven y tan pasional vaya a ser un ejemplo de perfección. Faltaría más. Como decía el escritor argentino José Narosky: “Al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo”. A quien te quiere y te apoya no le pidas perfecciones, pídele que te apoye cuando más lo necesitas. Ahí están los Blues.

Por cierto, no tienen ninguna obligación de animar. No son una charanga de pago, como en otros campos o como antaño también había en Riazor en la grada opuesta a la suya. Son socios del Deportivo que animan por cariño y pasión, no por obligación laboral. Tampoco lo olvidemos. Por eso quería destacar, en este momento tan difícil, a aquellos que, como ellos, saben lo mucho que nos jugamos.

Pero tampoco pintaría la realidad si hiciera una descripción del ambiente de Riazor consistente en la dicotomía Maratón Inferior-Resto de gradas, desde el punto de vista del apoyo al equipo. Además sería injusto. Por lo que yo he visto desde mi grada y por lo que me han comentado varios amigos que van a otras, la inmensa mayoría de las personas que acuden a Riazor intentan dar su apoyo al equipo. Y con frecuencia lo hacen. Es obvio que sin la coordinación ni la parafernalia de la grada de Maratón Inferior, por lo que, en los momentos difíciles y de desaliento, pueden ser derrotados por la potencia del sector de los “silbidos” al que luego volveré. También los propios jugadores son los primeros que tienen que animar a la afición.

En todas las gradas hay un alto porcentaje de gente joven que tiene una actitud positiva con el equipo aún en los malos momentos. También es destacable, en el mismo sentido, la figura de “veteranos con espíritu y comportamiento joven” en los que intento encuadrarme y alguna vez lo consigo pese a mis incipientes achaques.

Un buen ejemplo de todo esto, son los 3.000 deportivistas que acudirán a animar al equipo a Oviedo, a pesar del mal partido ante el Almería. Si el perfil es el mismo de los que fueron a Gijón, como supongo, la inmensa mayoría es gente muy joven. El futuro del Deportivo y del deportivismo está asegurado y se prevé brillante. Entre todos tenemos que llevar al equipo a Primera División.

Y voy a lo delicado. ¿Por qué hay aficionados que silban al equipo en la primera parte e, incluso en los primeros minutos? Que nadie se ofenda. Parto de una máxima que para mi es un axioma. El derecho de toda persona que paga un abono o una entrada a expresar sus sentimientos con entera libertad. Ni siquiera hablo de intenciones, ni de que quieran menos al club, ni sean más o menos deportivistas. Cada uno es como es y expresa sus alegrías o frustraciones a su manera.

De este problema no queda otro remedio que salir todos remando para el mismo lugar. Cierto que los jugadores tienen que jugar al futbol y procurar no darnos espectáculos como el del otro día

Aquí hablo de otra cosa más práctica. De cómo salir del problema. De una ratonera compleja como es la Segunda división, con una situación económica bien organizada pero todavía difícil y de largo recorrido, y con varias amenazas que pueden cercenar la capacidad de ingresos del club. De esto ya hablé en otras ocasiones, de la nueva Champions, que ahora está de moda… Recordemos que en 2013 descendimos con el Zaragoza y el Mallorca. Nosotros hemos estado después cuatro temporadas en Primera División. Ellos no la han pisado. Llevan seis campañas fuera de la máxima categoría y el Mallorca ha estado en 2ª B, con inversor extranjero incluido. Son ciudades, ambas, más grandes que A Coruña.

De este problema no queda otro remedio que salir todos remando para el mismo lugar. Cierto que los jugadores tienen que jugar al futbol y procurar no darnos espectáculos como el del otro día. Pero nosotros no podemos permitirnos el lujo de utilizar desde los primeros minutos de partido nuestras amplias facultades bucopulmonares, como alguno que tengo en mi cercanía que parecen trabajadas en un Conservatorio Superior de Música o con una potencia digna del famoso silbo de la Gomera, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. De esta manera un silbido equivale a cien aplausos y supera por goleada a muchos silencios. Respeto, pero no creo que sea el camino silbarle a Mosquera para luego echarlo de menos en la convocatoria. Ni silbar cada fallo, ya en la primera parte. Sugeriría demostrar ese malestar, si procede, cuando el árbitro pite el final y ya no le damos ventaja al equipo rival, para que aproveche nuestras miserias.

No quiero hacer comparaciones, cada escenario es un mundo. Pero ayer estuve viendo el Granada-Las Palmas y con el 0-1 y un partido muy mediocre de los locales, se escuchaba perfectamente como las gradas (todas) gritaban en el minuto 88 “Sí se puede” o “A por ellos”. En el 90 el Granada empata. ¿casualidad? Es posible.

Por tanto, animo a los Riazor Blues a que sigan así, como han hecho siempre. Animo a todos los jóvenes de todas las gradas de Riazor y a los “veteranos” que intentamos disfrazarnos de ellos, en la medida en que podemos. Reflexión a todos. Principalmente jugadores y cuerpo técnico. Valoro la entrega y el corazón que pone el equipo, pero que juegue al fútbol ,que ya hemos visto muchas veces que también sabe. Ya os anticipo que voy a ir a Oviedo a animar como todos los que estaremos allí. Hace mucho tiempo que no veo al Deportivo fuera de casa. Aún no se lo he dicho a mi mujer. La pobre cuando se trata del Deportivo es muy tolerante, porque sabe que es mi locura y lo único difícilmente negociable.

Forza Depor. Esta hinchada nunca se rinde.

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