Estaba ahí el objetivo, la línea de meta a una temporada abrupta y plena de contrariedades. Y llegó una más, inesperada y dolorosa. A siete minutos del final del partido un triple de Ty Sabin situó al Basquet Coruña 21 puntos arriba sobre el Tau Castelló (76-55). Y de pronto todo se paró. Un parcial de 5-27 selló la remontada del que parecía un convidado de piedra en la fiesta de la salvación. Se revolvieron los naranjas, defendieron la última bola del partido en ventaja, pero Castelló anotó con tres segundos por jugar y se llevó la victoria y deja muy tocado al equipo de Gustavo Aranzana. A tres jornadas del final (con dos salidas a Lleida y Vitoria contra Araberri y un duelo en el Palacio frente al Huesca) deben sumar un triunfo más o esperar que tropiecen los demás.
Nada está escrito por sencillo que parezca. Esa debe ser la lección de un partido de los que dejan huella, y que no deje más, una cita en el que empezó bien el Basquet Coruña, pero en la que pronto perdió el hilo para manejarse en desventajas de hasta seis puntos, 10-16 o 14-20 al cierre del primer cuarto. Y ahí llegaron veinte minutos excepcional, dos cuartos magníficos en los que el Castelló padeció un calvario ante un equipo en estado de gracia, acertado desde el triple para remontar antes de la media parte, a la que se fue cinco arriba (43-38), con Quinton Stephens dominador bajo tableros.
La vuelta tras el receso confirmó la tendencia. Xavier tenía la mirilla bien calibrada y un triple suyo disparó al equipo. Un 14-0 de parcial parecía encarrila la victoria El Palacio vibraba, la fiesta estaba servida y más cuando ocho puntos consecutivos de Sabin llevó el marcador a su máxima ventaja. Pero esos 21 puntos se esfumaron. Castelló se la jugó desde la línea de tres y acertó, al equipo de Aranzana le entró el tembleque y entre la perplejidad de propios y ajenos el partido viró. A dos minutos del final la ventaja era de apenas seis puntos (81-75), quince puntos habían volado en cinco minutos. El final fue un cara o cruz con Uchendu y Monaghan dando la cara. Pero Juan José Garcia y un viejo conocido, Javi Lucas, le dieron vida al equipo levantino para llevarlo al puerto donde esperaban al Basquet Coruña, a cerrar la permanencia en la LEB Oro.
Aranzana: “No hay explicación. Hemos regalado el partido”
Desconexión. ¡A veces es tan difícil de explicar este juego!. Estoy enfadado con el equipo. No hay explicación de cómo podemos hacer un regalo así. Ellos pelearon hasta el final, nosotros nos hemos desconectado, cada uno ha empezado a jugar a lo suyo y hemos regalado el partido. Estoy dolido, molesto, lo siento mucho por todo el público, hemos jugado muy bien hasta que los jugadores decidieron que seis minutos antes del final se acabó el partido. Y esto es como las procesiones, que no se acaban hasta que pasa el último cura.
Penitencia. Nos han metido cuatro triples seguidos, han visto opciones y hemos empezado a temblar. No entiendo por qué hemos hecho esto en un partido vital, decisivo. Pedimos tiempos muertos, hicimos cambios, había gente cansada… pero es que da igual. Ahora el equipo está roto , pero no es ahora cuando hay que hacer la penitencia sino que tenemos que trabajar hasta el final.
Un equipo imprevisible. Era un partido para acabar felices y contentos con el público, lo regalamos y nos vamos todos fastidiados para casa. Hay cosas que no entiendo. Me preocupa que somos tan imprevisibles que jugamos a un nivel espectacular para ganar de 20 y luego dejamos de jugar. No sé que se nos ha pasado por la cabeza. Me voy fastidado por todos, por el público, por la directiva. Puedes perder este partido, pero según lo llevábamos ha sido un regalo.