VIEJA GRADA ELEVADA

Un coruñés que triunfa sobre olas gigantes

El coruñés Juan Fernández ha roto el techo del Big Surf español con apenas 20 años. El pasado sábado 9 de febrero se proclamó campeón nacional de olas gigantes en La Vaca Gigante by Oakley, prueba pionera de este deporte en nuestro país, que se celebra en Cueto, Cantabria. Los bigsurfers, aquí apodados vaqueros, cabalgaron olas de entre seis y siete metros, bajo la bandera roja de alerta marina, en el lugar conocido como La Cantera. Junto al título de campeón, Juan Fernández fue designado rookie o surfer revelación del evento. Participó en dos rondas y surfeó cuatro olas con una técnica y precisión que no dejaron sombra de duda al jurado: fue el único de los surferos que superó los 20 puntos, tres por delante del subcampeón y doblando en el casillero a la mayoría de sus rivales.

El bigsurfing o surf de olas gigantes es un deporte extremo en el que no suelen competir los más jóvenes. No solo se necesitan técnica y precisión, sino un equilibrio mental a fuerza de maremotos. Es por ello que la victoria del gallego tiene un doble mérito: nunca antes en La Vaca Gigante había participado un surfer tan tierno. Juan Fernández (4 de junio de 1998, A Coruña), que en 2017 conquistó el título de la Copa de España de surf en categoría Open, empezó a practicar con las big waves ese mismo año a su vuelta de un stage en Hawái y de la mano de su entrenador, el francobrasileño Éric Rebière, uno de los precursores y grandes especialistas en el mundo. Pero Juan llevaba la semilla dentro desde los 16 años.

“No me lo creo”, decía Fernández embargado por la emoción tras sorprender a todos en Cueto, “sobre todo, porque era la primera vez que cogía esta ola, que es muy complicada: no rompe siempre en el mismo sitio y viene de diferentes direcciones”. Juan era, de entre los 23 participantes, el único que desconocía la ola hasta el viernes, un día antes de la competición. Y no recibió la llamada de la organización hasta el jueves para ocupar una vacante. ¿Qué sintió? “Adrenalina pura. Y mucho respeto. Pero algo me decía que aquí estaba mi gran oportunidad, y cuando me tiré en la primera ronda lo tuve claro: aquella era la ola de mi vida”.

Los surfistas, ante el mal estado del mar, fueron conducidos en barco desde Puertochico, en Santander, hasta la zona de La Cantera, una zona de acantilados ocho kilómetros al norte de la capital cántabra donde se forma La Vaca Gigante, ola que da nombre al evento. Allí estaban las motos de agua para recoger a los surfers y aproximarlos hasta las olas, que han de ganar a pulso, remando sobre sus tablas hasta alcanzar el pico perfecto. “Picos como montañas de agua”, en palabras del rookie coruñés.

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