Pues si señores. Ya tenemos presidente. Paco Zas. Le deseo como ferviente seguidor del Deportivo de muchísimos años, toda la suerte del mundo. Para ello necesita el apoyo de todos. TODOS. Después explicaré el motivo por el que lo pongo en mayúsculas.
En esta ocasión, no he delegado mis acciones, ni he ido a la Junta, aunque la he seguido por una web, y he leído ávidamente todo lo publicado por distintas vías, tanto antes como después de la misma.
¿Por qué no he delegado mis acciones? Honestamente porque no tenía claro lo que era mejor. Yo no conozco a Paco Zas y tengo poca información sobre él. De Fernando Vidal conozco más por su presencia en el Consejo anterior, aunque tampoco lo conozco ni personalmente, ni por referencias directas de personas que puedan ilustrarme.
Los dos me han parecido prudentes, comedidos y sensatos en todas sus manifestaciones a los medios en los días previos a la Junta de Accionistas.
Paco Zas pienso que se equivocó en su primer discurso, que él mismo reconoció que no llevaba preparado. Los nervios le jugaron malas pasadas. Nada que no le hubiera podido suceder a cualquiera. Me volvió a parecer muy sensato en las entrevistas concedidas posteriormente. Su filosofía de cambio tranquilo, y de continuar todo lo bueno y positivo de la actuación del Consejo saliente, me parece correcta y razonable. También esa preocupación por el ámbito deportivo y esa cierta obsesión por la cantera, me resultaron definitorias. Analicemos y cambiemos cosas en aquellos ámbitos que no han salido bien, y donde hay un margen de mejora considerable. Pero con tranquilidad. Me gusta.
Fernando Vidal llegaba con el peaje de haber estado casi cuatro años en la directiva de Tino y justo en aquellas funciones que precisamente han sido más cuestionadas y han obtenido los peores resultados. Cierto que son las más difíciles y aleatorias. Cierto también que, por sus manifestaciones, me parece lo suficientemente inteligente y honesto como para aprender de los errores. Me hubiera servido también como presidente del Deportivo.
Lo que verdaderamente me preocupa no es tanto quien haya salido elegido, sino las actitudes que observo en determinados sectores del deportivismo, de momento minoritarios, pero con riesgo de contagio entre los “perdedores”, expresión que entrecomillo porque aquí no estamos en la política sino que nos jugamos el futuro de un buque insignia coruñés y gallego, causa de nuestras pasiones, que deduzco que a veces no sabemos encauzar. No puede haber vencedores y vencidos.
En primer lugar, creo que se tiene que acabar ya el mirar al pasado. Ese pasado es para sentirnos orgullosos y celebrar los correspondientes aniversarios, como parte gloriosa de nuestra historia. Pero asumiendo que fue un período muy especial, y que ni siempre ha sido así, ni mucho menos podemos tomarlo ahora como referencia. Ya hace muchos años que estamos en un declive que calificaría incluso de normal, y que tenemos que asumir e intentar corregir pero sin palos en las ruedas a quienes dirigen la nave.
No somos el Súper Dépor desde hace muchos años, y aunque a muchos no les gusta, es cierto el argumento esgrimido por Tino en su despedida, de que todavía hoy (2019), debemos lo que debía el Celta cuando entró en concurso (2007). Es decir, en el entorno de los 80 millones de euros. No olvidemos que el Celta estuvo cinco años en Segunda, y que esta misma temporada se salvó con muchos apuros del descenso, siendo un club sin deuda y con un equipo para competir por Europa.
Pero aquí observo sorprendentemente todavía un grupo, minoritario pero significativo, de nostálgicos enfermizos que sigue acudiendo a “la plaza de Oriente” de la Champions, o al “Valle de los Caídos” de los seis títulos.
Ni siquiera eso estaría mal, si se hiciera desde el realismo y no desde la ensoñación. Confieso también mi nostalgia. Confieso también que cuando alguna derrota me deprime, busco en grabaciones goles de aquella época. Pero sé que estoy en 2019. No necesito ir al psicológo a que me sitúe.
Pero algunos estigmatizan en base a su nostalgia patológica, a aquellos que la racionalizamos. Tildan de “neodeportivistas” o de malos deportivistas, a los que, con todos sus defectos, valoramos la excelente labor del Consejo de Tino en un vida o muerte constante muy bien resuelto, a pesar de las decepciones deportivas. Seguro que sin esa labor, seríamos nostálgicos de verdad y probablemente estaríamos hablando de la defunción del club que tantas glorias alcanzó.
En otro orden de cosas me alarma el hecho de observar que un numero quizá no importante, pero tampoco desdeñable, de accionistas del Deportivo y, lo que es peor, algunos periodistas de distintos medios, siguen desconociendo lo que es una sociedad anónima y sus mecanismos de funcionamiento.
Se llega a extremos de demagogia delirante de tal calibre que hasta se cuestiona el derecho al voto. Los llamados “grandes accionistas” no solo no son malvados, sino que es gente del entorno empresarial o profesional coruñés o gallego que está invirtiendo o ha invertido en una sociedad en concurso de acreedores
El régimen de sociedades anónimas para los clubes profesionales, es producto de una legislación aprobada por el Congreso de los Diputados y el Senado. En base a ello, el Deportivo es Sociedad Anónima Deportiva desde 1992. Y no, señores, no es posible una Ley de Sociedades Anónimas exclusivamente para el Deportivo. Y menos una Ley para que salga presidente el que quieran unos señores que no tienen un número suficiente de acciones. Tampoco es un invento ni de Lendoiro ni de Tino ni de Zas. Es nuestro régimen societario.
Me molesta enormemente esa demagogia de los “pequeños accionistas”. Yo soy pequeño accionista, pero los llamados “grandes accionistas” no solo no son malvados, sino que es gente del entorno empresarial o profesional coruñés o gallego que está invirtiendo o ha invertido en una sociedad en concurso de acreedores, que no puede repartir dividendos por ello, y que seguirá así si probablemente estos señores u otros no ponen más dinero, hasta 2048. Obsérvese si esos malvados no tenían o tienen mejor lugar donde invertir su dinero.
Se llega a extremos de demagogia delirante de tal calibre que hasta se cuestiona su derecho al voto. No estoy hablando de descerebrados, que también, sino de medios supuestamente serios. Me explicaré:
¿Cómo se puede presionar a una empresa tan del ADN coruñés y deportivista como Hijos de Rivera? Me parece razonable la postura de la empresa de no participar, por ser el patrocinador principal del Deportivo. Pero una cosa es que sea una decisión empresarial razonable y otra que no tuviera todo el derecho del mundo a participar con sus acciones y, mucho menos, a estar sometida por terceros a presiones veladas para forzar esa no participación.
¿Cómo se puede defender que Tino no puede participar? ¿Por qué? ¿Con que derecho se le impide? ¿ Es una cuestión de cantidad, o los consejeros de Tino, que probablemente son pequeños accionistas casi todos, tampoco pueden participar? Si Tino tiene muchas acciones, como es el caso, ¿el hecho de que no se pronunciase no sería una manera de participar y de decidir? Si eso hiciera dirían que es un soberbio que no quiere que el que salga tenga muchas acciones para que se note su fuerza y el nuevo salga mal en la comparación, y para que se vea todo su potencial de acciones propias y delegadas propiciando su abstención. Sin el voto de Tino, el nuevo Presidente saldría con 24.000 acciones, cifra ridícula en relación a las casi 60.000 de Tino en la Junta de julio de 2018. También se le criticaría de forma furibunda, por exhibir poderío.
Para colmo yo no le he visto hacer declaraciones hasta la Junta de Accionistas, cuestión que también se le reprocha. Aquí da igual que te vistas de verde o de amarillo el caso es el pimpampúm, deporte que practican algunos con Tino desde que era candidato en 2013.
Ya lo que me parece terrible, es alguna cuestión que he leído acerca de que sería necesario conocer el voto de los grandes, si son empresas, para en función de si el voto me gusta o no tomar medidas en materia de consumo. Viva la ley de protección de datos!!!!!!!!!!
Esto último, me parece miserable en grado sumo, me recuerda a épocas negras, y además constituye, de no ser minoritario aunque con algún peligro de contagio, un riesgo brutal para la supervivencia del Deportivo.
O sea que a las empresas coruñesas que han apostado por el Deportivo (ojalá fueran todas), las premiamos llamando al boicot de sus productos si no apoyan al candidato que yo quiero. Magnífico. Tan democrático como boicotear comercios si no tienen el certificado de adhesión al Movimiento. Eso sí, para beneficiar seguramente a empresas a las que el Deportivo les tira de un pie o igual ni saben lo que es. Estupendo.
Pidámosle después a empresarios coruñeses y gallegos que se comprometan con el Deportivo. Pidamosle que nos ayuden a pagar los 80 millones de marras, que ya les insultaremos, amenazaremos y boicotearemos sus productos si no sale el presidente que consideren personas que, puestos a despreciar la protección de datos, me gustaría saber cual es su saldo con el Deportivo.
Un inciso. ¿Cuál es el candidato que esta gente quiere? Ya sabemos que Paco Zas no es. ¿Vidal? Me extrañaría mucho que el consejero deportivo de Tino, y principal valedor del tan criticado Barral, genere simpatías de esos sectores. Me parece, como ya dije, una persona sensata y cabal. El motivo por el que no le han criticado es porque ha perdido. Si no estaría en las mismas circunstancias que Paco Zas. Salvo que hubiera prometido cosas imposibles sin que lo sepamos. No me parece ese el perfil de Fernando Vidal. Sería hipercriticado y demonizado desde el minuto uno al igual que lo está siendo el ganador. Por eso creo que tiene que reaccionar con elegancia y apoyar al presidente elegido. No tengo dudas de que lo va a hacer. Ha demostrado deportivismo, por encima de aciertos y fallos.
¿El que quieren es otro? Pues dado que Lendoiro ya ha manifestado por activa y por pasiva que no va a optar nunca más a ello, sólo me queda echarme a reír ante alguna posibilidad.
En una Sociedad Anónima Deportiva votan las acciones. No tengamos esa visión sectaria de grandes y pequeños accionistas, precisamente cuando el Deportivo es la Sociedad Anónima Deportiva en la que los grandes son menos grandes. Y en la situación en que estamos, cualquier día necesitamos hacer una nueva ampliación de capital que nos libere deuda y ¿a quien buscamos? ¿Al oriental de turno? Seguro que sobra quien esté dispuesto a tirar el dinero a cambio de insultos.
Y lo más interesante a corto plazo: apoyemos a Paco Zas, nuestro Presidente. Nos guste más o nos guste menos. Con cainismos y actitudes intolerantes que rozan comportamientos totalitarios, nos vamos al pozo sin remedio. Crítica tranquila y constructiva. Apoyo a los nuestros siempre.