Vicente Gómez es una persona normal dentro de un mundo plagado de egos. Cualquier otro jugador de esta etapa moderna de fútbol estaría con berrinches al mínimo roce con el banquillo, y saldría a hablar con la prensa para que todo el mundo lo supiera. Vicente no es así. Lo acepta como lo que es: una situación más dentro de la vida del futbolista profesional. Y si ahora su papel consistiera en ayudar sin contar tanto en los onces titulares no se quejaría ni una vez, porque el canario tiene claro que lo importante no es él, sino el equipo al que representa. Aunque, evidentemente, la autocomplacencia tampoco es una opción: “Yo vengo a aportar lo máximo de mí, y si tengo que hacerlo entrando desde el banquillo no se me caen los anillos. Soy un obrero. Ahora lo importante es que equipo y afición volvamos a estar juntos”. Palabras acompañadas de hechos. Un gran ejemplo del prototipo de jugador de Carmelo del Pozo en su estancia en el Deportivo, dispuesto a apagar incendios donde antes se provocaban.
Vicente lleva ocho meses en A Coruña y ya ha vivido casi todas las situaciones del fútbol. Comenzó como titular, demostrando una calidad y un trato de pelota superiores a la media, pero cayó lesionado tras la victoria del Deportivo en Tarragona. Su rendimiento no fue el mismo desde entonces, aunque tampoco tuvo problema en admitirlo: “Es cierto que no estoy al mismo nivel. El fútbol también son picos de rendimiento y cuando estaba en mi mejor momento vino la lesión, pero llevo bastante tiempo jugando y sé que esto pasa”. Un futbolista anclado en lo moderno hubiera posteado en redes sociales un mensaje críptico, o una pequeña pulla a esas voces acusadoras. Ahora el ex de Las Palmas recibirá a su equipo de toda la vida tras recuperarse de otra lesión, pero sin la participación en el once igual de asegurada que cuando vio la luz después de la de Tarragona.
Vicente no vive actualmente su momento más dulce en el Deportivo, pero tiene claro que la prioridad es que vuelva la tranquilidad al equipo y al deportivismo, aunque la situación clasificatoria no sea la mejor: “He visto casos de equipos que han estado todo el año dentro de la zona de ascenso y que en la última jornada salen fuera. Ojalá estemos en ascenso directo en la jornada 42, que es lo que vale”. El canario ya sabe cómo funcionan los ascensos de categoría gracias a su larga estancia en la Unión Deportiva, pero su objetivo ahora es ganar al equipo que siempre quiso para dar vida al que ahora defiende. Sea en primera línea de fuego o en retaguardia.
