Inferiores sobre el papel, pero con potencial para dar un susto. Y peleones. Un lema recibe en su feudo de Santo Domingo: “Hasta el último minuto del último partido”. Así es el Alcorcón, primer rival del Deportivo (lunes 4 de marzo, 21:00h) en la serie de tres partidos seguidos como local que le espera a los de Natxo González. Albert Dorca, uno de los centrocampistas con más peso dentro del equipo, dejó claro que los alfareros no van a ir a Riazor a pasearse: “El Dépor es uno de los grandes equipos de la categoría, con jugadores muy buenos, pero afrontamos el partido con la ilusión de ser el equipo competitivo e intenso que hemos demostrado ser, y optar a la victoria”. Desde luego en el choque de la primera vuelta ya demostraron que son perfectamente capaces de hacerle daño a los coruñeses (victoria de 1-0 en Santo Domingo).
Capaces de lo mejor y de lo peor
El rendimiento del Alcorcón hasta el mes de diciembre fue un auténtico ejemplo. Por plantilla y por la escasa capacidad económica que posibilitó su confección, ya que los madrileños afrontaron la presente temporada con el quinto límite salarial más bajo de la categoría (5 millones de euros). Un número incluso menor al del curso 17/18 (5,9 millones). A pesar de todo, el equipo dirigido por Cristóbal Parralo superó la Jornada 15 con el liderato en la mano y unos números envidiables: cuatro puntos de ventaja con respecto al tercer puesto, diez victorias (una de ellas frente al Deportivo en Santo Domingo) y tan solo dos derrotas. El Alcorcón se ganó a pulso la fama de equipo sólido, entre otros motivos porque tras esos 15 partidos solo encajó seis goles.
Sin embargo, esa mala racha que asola a todos los equipos de fútbol durante una competición liguera decidió pegar en Alcorcón de forma acusada. Sin saberlo, esa Jornada 15 de magia fue el gran punto de inflexión de su temporada. Desde entonces el modesto equipo madrileño acusa una trayectoria de doce partidos que le han supuesto bajar de la primera a la novena plaza, y si antes había tres puntos de ventaja con el tercer puesto ahora hay cuatro de distancia con respecto al último de playoff. Ocho derrotas, dos empates y dos victorias que devolvieron su cifra de goles en contra a un lugar más terrenal (23 en 27 partidos). De todas maneras el Alcorcón visitará A Coruña tras conseguir ganar, ya que uno de los dos triunfos de esa paupérrima racha de tres meses se produjo la pasada jornada (2-0 frente a Las Palmas).
Casa de exdeportivistas
Riazor presenciará el lunes la vuelta de una buena cantidad de antiguos deportivistas. Para empezar, la de un entrenador: Cristóbal Parralo, sucesor de Pepe Mel y predecesor de Clarence Seedorf en la infausta temporada 17-18 del equipo blanquiazul. Sí triunfó en el Fabril, al que se unió en 2016 y con el que logró el ascenso a Segunda División B. Todo ello de la mano de Javier Manjarín como segundo entrenador, otro exdeportivista que sabe lo que es defender al Deportivo en el campo y fuera de él. Ambos firmaron inicialmente por un año, pero sus impresionantes primeros meses de rendimiento les sirvieron para ampliar su compromiso por el Alcorcón en una temporada más.
El otro gran regreso del lunes tiene como protagonista a Laure Sanabria, que pisará Riazor tras convertirse en uno de los puntales de este Alcorcón. Esta vez lo hará como rival, tras poner fin en verano de 2017 a una aventura de 10 años en A Coruña. Borja Galán, jugador clave del Fabril de Cristóbal Parralo, es el otro jugador con sangre deportivista de la Agrupación Deportiva. El atacante se incorporó libre al equipo madrileño con un contrato de dos años, aunque el Deportivo goza de una opción de recompra ejecutable al final de temporada. Galán no pertenece al club coruñés formalmente hablando, pero Cristóbal no podrá contar con él por la existencia de una “cláusula del miedo”. Una baja sensible teniendo en cuenta la importancia del madrileño en el equipo: ha participado en 20 partidos ligueros, a los que hay que sumar dos completos en Copa del Rey, siempre creando peligro en las defensas rivales.
Recuperar al mejor Juan Muñoz
El delantero sevillano es la referencia absoluta del Alcorcón, y uno de los principales responsables de su excepcional rendimiento hasta diciembre. Muñoz llegó a la capital de España tras marcar apenas diez goles en sus últimas dos temporadas en Segunda División, pero el impacto que supuso su juego del Alcorcón marcó la diferencia entre luchar por la permanencia y por cotas más altas. Ocho dianas en doce jornadas, y de todos los colores: remates al primer toque, penaltis, tiros de falta… Era un hombre tocado por una varita mágica. El sucesor de aquel David Rodríguez que a base de goles tiró del carro del Alcorcón durante varias temporadas.
La antigua joya de la cantera del Sevilla parecía volver a resurgir, pero el bajón del Alcorcón le afectó. Y viceversa. Desde su gol ante el Rayo Majadahonda en la mencionada duodécima jornada, Muñoz solo ha logrado ver puerta en una ocasión. Fue hace un mes y ante el Córdoba, uno de los equipos de la zona baja. Sus compañeros de ataque tampoco ayudaron a llenar este repentino vacío: Víctor Casadesús y Jonathan Pereira, los otros dos delanteros de la plantilla, solo han aportado tres tantos hasta el momento. Fran Sandaza, incorporado al club en diciembre, cuenta con otro en su haber.
Una de las misiones prioritarias de Cristóbal Parralo es recuperar para la causa al delantero, que a pesar de su mal hacer de cara a gol de los últimos meses continúa siendo un fijo en las alineaciones del Alcorcón con 25 participaciones en los 27 partidos disputados hasta el momento.