La Unión Deportiva Las Palmas es un ejemplo evidente de que los pronósticos no aseguran los resultados. El equipo insular partía la temporada como uno de los candidatos más claros para lograr el ascenso, pero en cuestión de meses se ha convertido en un equipo rodeado de nervios y superado por las dificultades. Esta sucesión de desgracias, unida a la destitución de dos entrenadores, ha convertido a Las Palmas en un equipo invadido por el sufrimiento y con grandes dificultades para asomarse a los puestos de promoción. Actualmente ocupan la undécima plaza, a nada menos que nueve puntos de la sexta.
Ahora comandados por Pepe Mel, los amarillos visitarán Riazor (domingo 10, 20:00h) con la intención de conseguir esa bombona de oxígeno necesaria para calmar tantas ansias.
Tres entrenadores en seis meses
Uno de los motivos principales de la gran inestabilidad de Las Palmas es el continuo cambio de fichas del banquillo, una tónica general desde que Quique Setién abandonó la isla en 2017 para firmar por el Betis. Esta tendencia no cambió tras el descenso de categoría. Miguel Ángel Ramírez, presidente de los canarios, ha destituido ya a dos técnicos sin haber llegado a la trigésima jornada de competición. La apuesta inicial para intentar lograr el ascenso se basó en la experiencia de Manolo Jiménez, que sí comenzó la temporada con grandes resultados.
Sus seis primeros partidos colocaron a los grancanarios en la segunda posición de la tabla, con dos puntos de ventaja con respecto al tercero. A partir de entonces decayó su racha: una sola victoria hasta la Jornada 14, momento en el que la directiva del club insular decidió prescindir de sus servicios y volver a contar con Paco Herrera, hombre con pasado en la entidad. Las Palmas era entonces sexto clasificado, a pesar del bajón de rendimiento.
El debut de Herrera fue digno de pesadilla: una derrota por 4-1 frente al Cádiz, que acabó convirtiéndose en la primera piedra de una trayectoria llena de obstáculos. El técnico catalán tan solo logró cosechar tres victorias hasta su destitución en la Jornada 28, y una de ellas derivada del conflicto con el Reus. Un total de 13 puntos en 13 encuentros. La sexta plaza con la que llegó se convirtió en una undécima mucho más amarga y proclive a las decisiones drásticas. Las tablas y la mala imagen ofrecidas frente al Extremadura (1-1) en la última fecha provocaron una más: la llamada de Miguel Ángel Ramírez a Pepe Mel, antiguo técnico deportivista, para ocuparse del banquillo amarillo hasta final de temporada. El objetivo marcado en su rueda de prensa de presentación ya bajaba la exigencia: clasificarse para la promoción de ascenso. Curiosamente, Mel dirigirá por primera vez a Las Palmas en su visita a Riazor.
La dependencia de Rubén Castro
Rubén Castro consumó su regreso a Las Palmas para convertirse en el fichaje estrella de la temporada. Sus goles llegaron de forma inmediata (seis en las cinco primeras jornadas), pero a partir de entonces su ritmo de anotación bajó a niveles más terrenales. Esto conllevó la bajada general de rendimiento de los canarios, que no tardaron en demostrar la exagerada importancia de Rubén Castro dentro del equipo: más de un tercio de sus goles son del ex del Betis (11 de 31).
El delantero, que ha participado en todos los encuentros hasta el momento, cuenta actualmente con once goles en su haber. Una cifra nada despreciable que demuestra un muy buen nivel. El problema de Las Palmas reside en que el resto de jugadores atacantes no está logrando sustituirle adecuadamente cuando no ve puerta: Rafa Mir (5), Sergio Araujo (3) y Pekhart (1) suman un total de ocho goles, lejos de los de Rubén Castro, que excepto en una ocasión siempre han dado puntos a los grancanarios.
Sin Juan Cala y Rafa Mir para cambiar el sistema
Las Palmas deberá visitar Riazor sin dos de sus jugadores más importantes: Rafa Mir y Juan Cala. La más importante sobre el papel, y también en base a los hechos, es la del central andaluz. Cala es una pieza clave de la defensa canaria desde principio de temporada, y el jugador de campo con más minutos. Es francamente difícil ver una alineación de Las Palmas sin él: solo se ha perdido dos partidos hasta el momento, uno por acumulación de tarjetas y otro por la expulsión del Reus.
A pesar de tratarse de una incorporación del pasado mercado estival, Cala ha logrado encajar hasta el punto de convertirse en uno de los portadores del brazalete de capitán. Pepe Mel no podrá contar con él en el choque frente al Deportivo tras haber sido objeto de expulsión ante el Extremadura, por lo que se verá obligado a optar por dos de los centrales que sí tiene disponibles: David García, el exdeportivista Aythami Artiles o Deivid. El argentino Manovani está fuera de la convocatoria por decisión técnica.
El atacante Rafa Mir también deberá cumplir sanción ante el Deportivo tras ver la quinta amarilla en el último choque liguero. El cedido por el Wolverhampton es otra de las piezas importantes de Las Palmas, aunque nunca ha sido indiscutible dentro del equipo. Sus actuaciones más habituales han sido por la banda derecha dejando el puesto de referencia ofensiva a Rubén Castro, pero el sistema de Pepe Mel variará la disposición de los hombres de ataque. Las pruebas realizadas hasta ahora muestran un esquema con dos delanteros, así que todo indica que el propio Rubén Castro y Sergio Araujo serán sus próximos encargados de marcar goles.